El problema puede deberse a una salida de humos cerrada, al uso de leña húmeda o verde, o a una chimenea sucia o bloqueada. Pruebe a abrir la salida de humos, a utilizar leña más seca o a limpiar la chimenea.
El problema puede deberse al uso de leña húmeda o verde, a una chimenea sucia u obstruida o al uso de leña insuficiente. Pruebe a utilizar leña más seca o a limpiar la chimenea.
El problema puede deberse al uso de leña demasiado ligera, al ajuste incorrecto de la puerta o al consumo del cordón de estanqueidad. Pruebe a llenar la unidad con leña, preferiblemente más densa, a reajustar la puerta o a cambiar el cordón.
El problema puede deberse al uso de madera húmeda o verde, o a que el equipo no se caliente lo suficiente. Pruebe a utilizar madera más seca o caliente bien el equipo abriendo el regulador principal de aire.
El problema puede deberse a un corte del suministro eléctrico o a que no se alcanza la temperatura de funcionamiento del termostato. Prueba a comprobar los enchufes y las conexiones o añade más madera.
El problema podría deberse al uso de madera húmeda o verde. Intenta usar madera más seca.